la ciudad y los días

Carlos Colón

Pavoroso vacío

UN vacío sobre un paso, en San Juan de la Palma. Esto sería el mundo sin ti, Señor. Sólo tiranos que oprimen, sayones que adulan, soldadesca que maltrata, tronos que aplastan, lanzas que hieren, brutalidad y desprecio. Lo sentía contemplando el pavoroso vacío que crea tu ausencia sobre tu paso, Señor, reduciendo a brutalidad su poderío, a soberbia su desmesura y a ofensa su belleza. Un remolino que succiona hacia la nada, una total soledad, una orfandad absoluta, un eclipse interminable, una intolerable ausencia de ternura, una dureza que hiere y vacía el alma hasta matarla, una helada carencia de amor, una segunda muerte para los muertos, una muerte en vida para los vivos, una desoladora carencia de justicia, la victoria eterna de los verdugos, la derrota irremediable de las víctimas, sólo desesperación y sinsentido, un abismo sin fondo, un olvido voraz. Eso es su paso sin ti, Señor.

Blasfemo es el canasto espléndido, si tú no lo rematas. Obscenos los candelabros, si no te alumbran. Afrenta el oro, si no te alaba. Burla el arte derrochado, si no se ordena a tu gloria. Ese mundo sin Dios que es tu paso sin ti, Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, sería sólo una larga calle de la Amargura rematada por un Gólgota sin esperanza de tercer día, en el que resonarían eternamente las palabras que allí pronunciaste: bienaventuradas las estériles y bienaventurados los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han amamantado. Porque engendrar hijos en un mundo sin ti sería alimentar la muerte, dar a luz condenados a una oscuridad eterna, sumar dolor a dolor y desdicha a la desdicha, traer seres humanos a un mundo deshumanizado que los reducirá a cosas. ¿Quién sería tan cruel para alumbrar criaturas a un mundo que sin ti sería oscuridad sin esperanza?

Este vacío sobre tu paso, Señor, tiene tantos nombres como el mal que sin ti se enseñorearía del mundo. Este hueco dejado por tu ausencia, este pavoroso vacío se llama persecución, opresión, injusticia, desamor, soledad, muerte, humillación, injusticia, dolor, desesperanza. Se oyen en él los gritos de todas las víctimas de la historia, sin obtener respuesta. Se alza desde él el clamor de todos los oprimidos de la historia, sin hallar justicia. Manan de él todas las lagrimas lloradas desde el principio de los tiempos y todas las que se llorarán hasta su fin, sin hallar consuelo. Brota de él el humo de los crematorios de Belzec, de Treblinka, de Chelmno, de Madjanek, de Sobibor, de Auschwitz, ascendiendo a un cielo sordo y ciego, vacío de Dios.

Un vacío sobre un paso, en San Juan de la Palma. Esto sería el mundo sin ti, Señor.

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