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Sine die

Ismael / Yebra

Pepe el disidente

MI amigo Pepe siempre ha sido un disidente. No es que se haya puesto así con la edad, sino que es su forma de ser. Según su madre lo es desde que nació. El pediatra le recomendaba darle el pecho, pero él sólo quería biberones, eso sí, de una determinada marca. En cuanto su madre compraba otra leche de oferta, Pepe la rechazaba inmediatamente.

Un poco mayor desarrolló lo que llamaron una piel atópica y sólo admitía ropa de algodón, jabones caros y leches corporales de máxima calidad. Las marcas baratas y la ropa de oferta le desencadenaban un enorme sarpullido. Pepe rechazaba todo, especialmente lo barato. Llegada la etapa escolar sus padres le matricularon en un centro concertado cercano a su domicilio. Era un elitista colegio de curas. Pepe chocaba una y otra vez con ellos y detestaba la formación religiosa. Todo se hubiera resuelto estando en un colegio público, pero él no quiso. Llegada la mili, cómo no, se declaró antimilitarista y objetor de conciencia. Años después, al no encontrar trabajo, solicitó la entrada en el Ejército profesional, cosa que le fue denegada por razones obvias; para él fue un claro atentado a su libertad.

Pepe siempre ha estado y está contra el mundo. Fue radical en la lucha de clases hasta que él y su pareja se hicieron funcionarios. Rechaza la medicina que él llama tradicional, defiende las alternativas y los remedios naturales, pero cuando enferma usa su tarjeta sanitaria pública y es cliente asiduo de su centro de salud. Es contrario a la empresa y al capitalismo, pero ha montado con un amiguete -puro divertimento- una asesoría jurídica. Odia la corbata, pero viste ropa de marca y cara. Defiende el transporte público, pero se desplaza en su coche; un híbrido, para eso es ecologista, que por cierto está subvencionado.

No es mala gente. Como persona es amable y amigo de sus amigos. Odia la Bolsa y el capitalismo, pero ha alquilado dos pisos y un apartamento en la playa que ha heredado de una tía soltera. Es un crítico implacable con la prensa ajena a su ideología. Es un auténtico disidente. Un revolucionario. Un feroz antisistema por sistema. Un paria irredento que no baja la guardia con el paso del tiempo

Algunos amigos, cuando le oyen lanzar improperios contra las instituciones y lo que él llama el establishment, con una sonrisita distraída, le cantan aquello que decía una chirigota del Selu: José… ¡no sabes tu !

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