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la ciudad y los días

Carlos Colón

Poema Harmonico en el Alcázar

POEMA Harmonico es uno de esos tesoros o lujos sevillanos que la ciudad se toma con una naturalidad tan desconcertante que cabe la sospecha de que se trate de indiferencia. Una cosa es la elegante naturalidad del rico que sabe que lo es, y por ello no hace grosera ostentación de su riqueza, y otra muy distinta es el distraído despilfarro del manirroto que liquida fortunas o derrocha capitales en estupideces, ignorando el valor del dinero heredado o mal ganado.

Es cosa sabida que el disfrute de la música antigua es una cuestión minoritaria hasta en el ya de por sí minoritario universo de los aficionados a la mal llamada música clásica. Pero en las situaciones culturalmente sanas las minorías no son estables, sino que guardan una proporción con el número de habitantes de las sociedades de las que forman parte. Tampoco minoría quiere decir necesariamente pocos, sino menos. En las sociedades en las que la universalización de la educación exigente hace posible un consumo de cultura más selectivo, plural e independiente de las inducciones del mercado, las minorías tienen el tamaño y la fuerza suficiente para mantener una oferta cultural de calidad.

En Sevilla no se da esta proporcionalidad. Las minorías amantes del jazz, la música clásica o la antigua parecen afectadas de enanismo crónico. Crece la ciudad sin que sus minorías lo hagan. Con 700.000 habitantes nuestra oferta cultural exigente es exigua porque el público más independiente por mejor educado sigue siendo también exiguo. Lo poco que tenemos moriría si no fuera por la respiración asistida institucional. ¿Cambiará esto alguna vez? No. Hasta que la calidad y extensión de la educación haga crecer la demanda, la oferta de cultura creativa y reflexiva necesitará estar subvencionada casi al cien por cien.

Oír esta noche a Poema Harmonico -Guillermo Peñalver a la flauta, Ventura Rico a la viola da gamba y Juan Carlos Rivera a la tiorba y la guitarra barroca- interpretando a Robert de Visée, Marin Marais o Manuel Cavazza en los jardines del Alcázar es un lujo comparable a oír a Rameau o Couperin en Versalles, a Vivaldi en el Campo San Polo de Venecia o a Sandy Wilson en el teatro al aire libre de Regent's Park. Los jardines del Alcázar son un lujo gratuito del que pocos sevillanos disfrutan. Poema Harmonico es un lujo del que esta noche se puede disfrutar por cuatro euros.

Que tres artistas de reconocido prestigio internacional residan en Sevilla, enseñen en su Conservatorio y nos regalen conciertos como el de esta noche es un lujo que los sevillanos deberíamos apreciar y agradecer más de lo que lo hacemos.

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