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La ciudad y los días

Carlos Colón

Política de ropavejeros

REFIRIÉNDONOS a las manipulaciones que hoy se vuelven a hacer con lo que en tiempos se llamó "la cuestión religiosa", comentaba ayer la reacción de El Socialista tras la quema de iglesias y conventos de mayo de 1931; oponiéndole, porque afortunadamente había más de dos Españas, la respuesta de la Agrupación al Servicio de la República que había sido fundada por Ortega y Gasset, Marañón y Pérez de Ayala. Un día después de los sucesos publicaron en El Sol su Condena de la quema de conventos: "Quemar conventos e iglesias no demuestra ni verdadero celo republicano ni espíritu de avanzada, sino más bien un fetichismo primitivo o criminal… El hecho repugnante avisa del único peligro grande y efectivo que para la República existe: que no acierte a desprenderse de las formas y las retóricas de una arcaica democracia en vez de asentarse (…) en un estilo de nueva democracia. (…) La imagen de la España incendiaria, la España del fuego inquisitorial, les habría impedido, si fuesen de verdad hombres de esta hora, recaer en esos estúpidos usos crematorios… Es preciso que de la manera más inmediata y resuelta impongan el tono de la nueva democracia (…) cuantos españoles posean la dosis suficiente de buen sentido, y que no sean pseudo intelectuales incapaces de pensar tres ideas en fila. Hoy no tiene la República más peligros que los fantasmas". Desgraciadamente para quienes lo vivieron los fantasmas fueron tomando cuerpo y el buen sentido perdiendo terreno, lo que nos llevó a tres intentos de golpe de estado (dos reaccionarios y uno revolucionario: 1932, 1934 y 1936) y, tras el fracaso parcial del último, a una guerra civil y una dictadura de 40 años.

Un año más tarde, en abril de 1932, ardía San Julián. La explicación oficial fue que se trató de un incendio casual que los reaccionarios querían convertir en intencional; o que hasta había sido provocado por ellos para azuzar contra la República. En el pleno del Ayuntamiento de Sevilla del 16 de abril desde los escaños socialistas se dijo que el rumor de que el incendio fue intencionado era "obra de comadronas y chismorreo callejero" y que "si alguna mano ha incendiado la iglesia, han sido manos clericales". Preguntado por el suceso en los pasillos del Congreso, Manuel Azaña dijo que "hay pruebas suficientes que permiten asegurar que el incendio de la parroquia de San Julián de Sevilla ha sido puramente casual". ¿Saben que se estaba debatiendo en la reunión de la que salía? El Estatuto de Cataluña. ¿En algún otro país de Europa occidental son hoy asunto de debate político cuestiones de hace 77 años? Creo que no.

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