La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Preguntemos a los sioux

Deberíamos pedir consejo a los sioux para preservar nuestra reserva del impacto del turismo de masas

Tras los muchos nuevos hoteles y casas de apartamentos para turistas abiertos en los últimos años se anuncia la apertura de una docena larga más de establecimientos. Todos en el centro histórico, salvo el que se abra en el coloso sin llamas de la Cartuja. Y allí donde no abra un hotel lo hará una heladería, una franquicia de lo que sea, un negocio de comida basura o un bar que abarrote la acera de veladores o de esa simpática muchedumbre multicultural formada por nativos y turistas que utiliza con liberalidad la vía pública como si fuera una prolongación del local. Los nativos sevillanos deberíamos pedir consejo a los sioux de la reserva Standing Rock que, tras llevar ocho meses protestando concentrados en el campamento de la Roca Sagrada, han logrado que un oleoducto no atraviese su reserva y emponzoñe las aguas del río Misuri y el lago Oahe.

El problema es que muchos nativos sevillanos viven del turismo porque nuestra tribu no ha encontrado a lo largo del tiempo muchos más recursos que los de exhibirse, alojar y dar de comer y de beber. Y no es cuestión de morder la mano que alimenta. No hace mucho, en la feria turística londinense, Susana Díaz anunció con alborozo que este año esperamos recibir 28 millones de viajeros y superar, por primera vez en la historia de Andalucía, 50 millones de pernoctaciones hoteleras. Comprendo y comparto su alborozo porque, según los últimos datos, tenemos 922.985 parados en Andalucía y con estas cifras parece un sinsentido, y hasta una canallada, lamentarse porque no dejen de multiplicarse hoteles, bares y negocios para servir a estos millones de turistas.

Sin embargo, hace muchos años que la Unesco estudia con preocupación los efectos devastadores del turismo de masas sobre el patrimonio histórico o natural, por no hablar del mucho más frágil patrimonio inmaterial. No estamos hablando aquí de nostalgia sevillana sino de un problema global. Según la Unesco, los factores que más perjudican a los sitios patrimoniales son la mala gestión institucional, el desarrollo urbano descontrolado y las intervenciones y usos inadecuados, lo que incluye la sobreexplotación turística: su impacto ha pasado de un 8% de lugares afectados en 1985 a un 75% en 2013. Sevilla ha sufrido, mire usted por donde, los tres. Y las autoridades no parecen dispuestas a poner orden para racionalizar su explotación turística. O no son capaces de hacerlo.

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