la tribuna económica

Joaquín Aurioles

Prejuicios

VEMOS las cosas como queremos verlas, que no siempre es como verdaderamente son. Filtramos nuestras percepciones a través de nuestras creencias y emociones y realizamos una recogida selectiva de información en función de cómo se adecuen a las tesis que defendemos. La mayoría de los madridistas buscarán en sus archivos de memoria los argumentos que lleven a considerar una injusticia arbitral la tarjeta amarilla a su defensor por derribar al jugador del Barcelona, mientras que el hincha culé hará lo mismo para llegar a la conclusión contraria y reclamar un castigo mayor. Ambos evitarán las evidencias que debiliten sus argumentos o refuercen los del contrario, independientemente de su veracidad. Se trata de una conducta característica que los psicólogos denominan "sesgo de confirmación" y que les sirve para explicar la perseverancia de las ideologías, incluso por encima de las evidencias, de la razón y hasta de la justicia.

Las actitudes personales están con frecuencia dictadas por la conciencia colectiva del grupo al que se pertenece, hasta el punto de llevar a veces a prescindir del juicio individual. Desde esta perspectiva se puede también interpretar la adhesión o el rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno. Aunque se trate de un planteamiento excesivamente simplista, el núcleo de la polémica gira en torno al hecho de que la reforma facilita el despido y, por esta misma razón, también la contratación, así que lo más probable es que ambos aumenten en los próximos meses. Los sindicalistas o militantes de partidos de la oposición de izquierdas la rechazan porque consideran que habrá más despidos que contrataciones, y por lo tanto más paro, mientras que empresarios y militantes del Partido Popular la defienden porque piensan que ocurrirá justamente lo contrario, sobre todo a medio plazo. Mucha gente sospecha que los portavoces de la mayoría de las organizaciones implicadas en el debate defienden intereses de grupo en sus declaraciones, aunque parece razonable considerar que otras muchas decisiones individuales de apoyo o rechazo se sitúan en el ámbito exclusivo de las creencias o las emociones. Los hechos demostrarán que uno de los dos está equivocado, aunque es poco probable que se reconozca. La obstinación en el error por parte de los dirigentes ha sido documentada por Pilar Cernuda y bautizada como Síndrome de La Moncloa. Se refiere a un comportamiento característico de los que han sido presidentes de Gobierno y que les lleva, a partir de un cierto tiempo en el cargo, a negarse a escuchar lo que no les interesa o a reconocer sus errores. También la psicología proporciona explicaciones a la resistencia de los ciudadanos normales a reconocer sus errores. En unos casos están en el propio individuo y en su predisposición a rechazar las ideas de aquellos con los que no simpatizamos (efecto Keinshorm). Otras explicaciones están en la propia sociedad, puesto que al menos una parte de la personalidad se nutre de las influencias que recibimos de nuestro entorno, en el que nos acomodamos gracias a que nos facilita la comprensión de fenómenos complejos sin necesidad de analizarlos.

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