¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

Prohombres

ALBERT Rivera, como buen cachorro de la nueva política, tiene un acusado sentido teatral de la política. Son muy conocidos los versos de Macbeth en los que Shakespeare nos hace saber que "la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, que no tiene ningún sentido". Algo relativo, al menos, para el líder de Ciudadanos, quien debe estimar que sí existe un orden secreto en este aparentemente caótico suceder de palabras y acciones y, como buen actor, conoce bien en qué momento exacto hay que salir a escena y declamar sus versos con donaire.

Cuando todo el mundo ya da por hecho que el último acto del drama del 20-D acabará con Felipe VI firmando el decreto de convocatoria del 26-J, Rivera acude a un plató (el mundo ya ha dejado de ser el gran teatro que soñaron los barrocos para convertirse en un estudio de TV) para pedir la llegada de un mesías, de un prohombre que nos saque de la herriza en la que se ha convertido la política española y ante el que PP, PSOE y C's humillen la testuz con bonhomía de leales súbditos. Algo parecido a lo que en los confusos meses previos al 23-F se llamó la solución De Gaulle, pero, evidentemente, sin Armada conspirando por los salones ni las unidades municionando ni... Lo dejamos ahí.

Lo que no cuenta Rivera, quizás porque no lo sabe, es que la solución del "independiente de reconocido prestigio" requiere dos cosas: unos partidos en los que el interés general prime sobre el de los políticos y una sociedad que esté dispuesta a reconocer una cierta jerarquía moral en la que existen hombres más sabios, preparados y honestos que otros. Ambas cosas no se dan actualmente en la sociedad española. Como cantó el maestro Enrique Santos Diescépolo en su tango Cambalache: "Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao". Con este panorama no sabemos muy bien de dónde pretende sacar el esforzado Rivera su prohombre, su salvador de la patria, su cirujano de hierro que opere a España.

La propuesta de C's mira con un ojo a las próximas elecciones y no es más que otra forma de decir "lo hemos intentado". Además, es artificiosa y carente de sustento. Al igual que Lope escribió aquello de El mejor alcalde, el Rey nosotros, para no ser menos, entonaremos: "El mejor prohombre son las urnas".

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