La ventana

Luis Carlos Peris

Quintero, el Cervantes, cuánto frío

ESTÁ formando un lío a diario Jesús Quintero interpretándose a sí mismo. Cada noche y hoy creo que es la última, el onubense compatibiliza mediante dosis parecidas su vocación de vate del micro y la de orate según cómo le coja el cuerpo. Ha tenido Jesús la valentía de poner en valor el antiguo cine Pathé convirtiéndolo en teatro donde el intimismo es su mejor cualidad. Y en ésas estamos cuando se reactiva la posibilidad de que el Cervantes deje de ser sala de cine para volver a lo que durante años significó en la ciu-dad. Era la alternativa al teatro San Fernando en aquellos tiempos de zarzuela y folclóricas que se trufaba con teatro del mejor, desde Calderón a Buero pasando por la divertida levedad de Paso. Se dice que el coliseo de calle Amor de Dios puede volver a ser escenario para la farsa, la comedia, el drama o la música y ojalá para entonces ya esté arreglada la calefacción. Qué frío el otro día viendo a Pi con el tigre.

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