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UNO de los grandes shows de la tele en los noventa fue Expediente X, una franquicia que llegó hasta donde llegan pocas series: las nueve temporadas. Aunque al final Chris Carter y la Fox estiraron demasiado la trama, lo cierto es que Mulder y Scully hicieron las delicias de millones de espectadores en todo el planeta. Los sucesos paranormales estaban muy bien documentados, los efectos especiales eran más que decentes, y había una fuerte TSNR (Tensión Sexual No Resuelta) entre los dos protagonistas. Luego llevarían la serie al cine, con desigual resultado. La primera película no estaba nada mal, pero la segunda y más reciente resultó un completo fiasco. Sólo David Duchovny, tras un irregular paso por la gran pantalla, ha vuelto a la senda del éxito televisivo con Californication, hecha a su medida.

Desde entonces, había un nicho de mercado, millones de freakies como servidor, esperando que una serie lo heredara. Tras varios intentos fallidos, lo más parecido es Fringe, del hiperactivo J.J. Abrams. Aunque aquí no se trata de sucesos paranormales, sino de acontecimientos extrañísimos (mutaciones, virus rarísimos, habilidades telepáticas, los universos paralelos) pero con base científica. Básicamente, la puerta a los monstruos siempre se abre en un laboratorio. La serie también es de la Fox y hoy se emite el último capítulo de su segunda temporada. La cadena la ha maltratado un poco cambiándola de día e incluso emitiendo algún capítulo perdido de la primera temporada en mitad de la segunda, lo que ha provocado todo tipo de exabruptos de sus incondicionales en la red, entre otras cosas porque nadie avisó y porque 'resucitaba' un personaje.

Hay muchos paralelismos con Expedientes X. Si entonces teníamos al Fumador, ahora tenemos al Observador. Y aquí también hay TSNR, aunque de forma más sutil, entre dos de los protagonistas, la agente Olivia Dunham, interpretada por la guapa pero fría Anna Torv, y Peter Bishop, a cargo de Joshua Jackson. Pero la gran estrella del show es Walter Bishop, el científico loco y genial que encarna el veterano John Noble. Fringe tuvo un gran bajón a mitad de la primera temporada, pero desde entonces sus capítulos son de gran calidad y buenos guiones. También ha ahondado en la teoría de la conspiración, con una estrella invitada de lujo como Leonard Nimoy, e intercala esa trama principal con incidentes que no tienen nada que ver. Es una buena serie que merece seguir en pantalla.

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