DEBATE reabierto en torno a la conveniencia o inconveniencia de llamar a Raúl para el equipo nacional. Es tan fuerte la repercusión de lo que el incombustible jugador madrileño está haciendo bajo el pabellón azul del Schalke 04 que ya está empezando el bulle bulle aquél que Luis Aragonés cortó de un plumazo. ¿Se mantendrá Vicente del Bosque tan firme como se mantuvo Luis? Nada que ver éste con aquél, Vicente con Luis, pues el de Hortaleza no tenía ningún vínculo afectivo con Raúl y el actual seleccionador colocó al futbolista en lugar preferente en su particularísima galería de perpetuos, léase favoritos.

El campanazo de San Siro, gol incluido made in Raúl, ha sonado urbi et orbi y va a ser complicado detener el huracán informativo que está a punto de desatarse para el retorno de este futbolista al equipo nacional. Por lo pronto ya se está eligiendo una víctima para hacerle sitio y esa víctima no es otra que Fernando Torres. Los goles, a manojitos, de Raúl en la Bundesliga y en la Champions coinciden con la sequía goleadora de Torres, el seleccionador se llama Vicente del Bosque, no Luis Aragonés y todas éstas son cuestiones que influirán decisivamente en el debate y, posiblemente, en la repesca del ya legendario futbolista para la selección.

Desde luego que méritos no le faltan para volver; es más, Raúl fue a la selección en innumerables ocasiones mereciéndolo menos que ahora. Va a jugar en su contra el hecho de que la selección es actualmente un coto semicerrado en el que resulta asaz complicado encontrar hueco. También juega en su contra el hecho de que los éxitos llegasen justamente cuando fue apartado del equipo nacional y tocar lo que funciona conlleva un riesgo considerable. Me imagino a Del Bosque luchando a brazo partido con la almohada, pues me consta que si no fuera por el qué dirán no dudaría ni un momento en volver a echar mano de él. Y es que lo que está logrando es tremendo.