EL patio de la Justicia está que arde y Evangelina Naranjo, en vez de actuar con mano izquierda para apagar las llamas, como dice que está harta de poner la otra mejilla, la túnica y la capa, acaba avivando los incendios. Ha acusado a los jueces de liderar una "aparente rebelión" por el informe del TSJA sobre las carencias de personal y retó al decano de Córdoba a que cumpla la amenaza de reducir los juicios a la mitad. Antes insertó en la prensa un anuncio sobre la huelga de los funcionarios de los Juzgados de Violencia de Género que remataba subrayando que cobran 200 euros más que el resto y que, "por una norma interna", no atienden asuntos hora y media antes del fin de su jornada. O sea, como si se cruzaran de brazos.