BREIKIN NIUS

Ignacio Gago /

Recortes de la Señorita Pepis

EL otro día coincidí en el acto de entrega de unos galardones televisivos con José Manuel Parada. Fue justo horas después de que se diera a conocer el recorte en los sueldos de las principales estrellas de TVE. Aunque puede que usted lo haya borrado de su disco duro, Parada ejerció de tótem televisivo en la cadena pública hasta hace tan solo unos años. Y no se crea que a cambio del salario mínimo interprofesional: el presentador de Cine de barrio cobraba 5 milloncejos de euros anuales por un programa exitoso pero de tres al cuarto.

El nacimiento de las privadas abrió en España a principios de los años 90 una auténtica guerra en el mercado de fichajes de las estrellas televisivas de la época. Aquello se saldó con estropicios como una contratación exorbitante de Miriam Díaz-Aroca por parte de TVE para que tomase las riendas del inclasificable No te rías que es peor, "el concurso más emblemático de la historia de la TV", según la Aroca en el currículum colgado en su web. Y es que en Prado del Rey se disparaba con pólvora ajena a la hora de firmar los cheques de caja. Así, por ejemplo, el mítico ¿Quién sabe dónde? de producción propia -que salía por dos duros- se externalizó y puso en manos de una productora en beneficio de Paco Lobatón y a cambio de una auténtica salvajada de millones. Las privadas hacían lo propio pero con dinero que no rascaban de las carteras de los contribuyentes y las autonómicas, por su parte, comenzaban ya a copiar lo peor de TVE: nóminas clónicas a las mastodónticas pérdidas anuales.

La crisis económica, la fragmentación de la audiencia y la multiplicidad de la oferta televisiva no ha ido emparejada con una rebaja en el caché de las estrellas del medio. Al menos hasta hace bien poco. Aquí se aprietan los tornillos a las productoras, a los profesionales que no dan la cara delante de las cámaras o a los periodistas a los que se les entrega con cada vez más frecuencia el carné del paro, como ha ocurrido con el inicio del año en la redacción de los informativos de Telecinco . Y que la fiesta continúe.

Mal que les pese, en TVE hay que retocar a la baja las nóminas de directivos, presentadores o programas. Es la televisión pública por antonomasia, señores, y hay que dar ejemplo a los espectadores que pagan sin rechistar desde medio siglo el sostenimiento -y los agujeros financieros- de la cadena pública. Los 200 millones de menos para 2012 en las cuentas de RTVE, con la que está cayendo, es calderilla de la señorita Pepis frente a los casi 7.000 millones de deuda histórica que tuvo que asumir el Estado hace apenas un lustro. Más seriedad.

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