La ventana

Luis Carlos Peris

Rescate desde las entrañas del Rinconcillo

CALIENTES todavía los rescoldos de lo de ayer en el Maestranza, esta noche en la Anunciación se le da el pase de la firma a esta fiebre de pregones que nos invade con el nacimiento de algo apasionante, el pregón que el pregonero de pregoneros nunca llegó a pronunciar. De nuevo por la iniciativa de Rosa y de Esperanza, la letra impresa traslada hasta nosotros la prosa imitada e inimitable de Antonio Rodríguez Buzón con poemas que se quedaron nonatos hasta este día después del Pregón. Poemas que, en su mayoría, serían engendrados por el efecto motriz de los coroneles del Rinconcillo y que se nos aparecen como impregnados en el sabor inconfundible de las espinacas o del bacalao con tomate que allí se bordan. Será ante la Virgen del Valle, la devoción principal del vate ursaonense, el hombre que puede considerarse espejo para la inmensa mayoría de los que pregonaron en los atriles de Sevilla.

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