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PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Rescate de historias personales

ESTAMOS en capilla para que nos elijan al preboste de la Casa Blanca que ha de pilotar la reforma del mundo. Pero en España todavía estamos zanjando la materia oscura de nuestra guerra civil, concluida hace 69 años . Y en verdad hay que zanjarla de una vez y para siempre, porque va a llegar el cambio climático y nos cogerá recomponiendo las sombras de los desaparecidos.

Una vez forjada la reconciliación en el periodo 1975-1978, no hubo valor para facultar a todo español el derecho a encontrar a sus muertos, completar el puzzle de su memoria y darles digna sepultura. Por el más elemental sentido del respeto a la intimidad de cada cual. Ahora se instrumentalizan las evidencias históricas de 1936 a 1975 para azuzar la controversia político del 2008. Lo que no prescribe es el derecho de cada cual a encontrarse con su pasado. Eso es lo que todos deberíamos respetar, en lugar de convertirlo en un circo de agravios.

En el Festival Documental de Barcelona, Docúpolis, se ha estrenado Mari Carmen España, el final del silencio, elaborado por los suecos Martin Jonson y Pontus Hjorthén sobre el viaje de una joven a Puebla de Cazalla para conseguir que exhumen el cuerpo de su abuelo, Manuel España Gil, fusilado durante la guerra civil y enterrado bajo escombros. Empeños personales como ése ya no deberían ser motivos de discordia ni juicios a los muertos, sino meros actos administrativos que den respuesta a demandas ciudadanas.

Y también merecen el mismo respeto para reconstruir su propia historia quienes quedaron huérfanos de padres a manos de los exaltados que se pasaban tres pueblos en la respuesta al golpe militar. Como Manuel Moreno Gallego, de Aznalcázar, que tenía 6 años el 24 de julio de 1936, cuando estaba en Rota con su madre y sus dos hermanos, y nunca más vio a su padre, asesinado y saqueado por revolucionarios cuando circulaba en su coche en dirección a dicha localidad playera para recoger a los suyos. Su caso no cambia una línea de la Historia de España. Pero eso no es óbice para que tenga derecho a honrar la memoria de su padre.

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