SantiagoGallego

SUSAN SArandon: la mirada generosa

Existen en el cine actual pocas actrices que, en distintas etapas de su carrera, hubieran podido interpretar con acreditada solvencia artística los dos papeles femeninos protagonistas de Eva al desnudo, y una de ellas es sin duda Susan Sarandon, que en la época de Atlantic city habría sido una Eva esplendorosa, y en la actualidad podría encarnar a Margo con unas más que sobradas garantías de éxito. Y eso que sus comienzos no fueron fáciles, desde 1969, año de su debut, se tuvo que pasear por cintas rutinarias y series de televisión olvidables hasta mediados de los 70, donde conseguiría enganchar una serie de papeles menores, pero en películas de directores de renombre, que la situaron en el mapa: El carnaval de las águilas de Roy Hill, Lovin' Molly de Lumet o Primera plana de Wilder.

Tras su aparición en la cult movie The rocky horror picture show sería un francés, Louis Malle, quien fuera seducido por la belleza, la ternura y la sensualidad de Susan Sarandon, primero en La pequeña, y más tarde en su memorable interpretación en Atlantic city, de la que nunca olvidaremos aquella famosa escena con unos limones, en la que conseguía despertar en el veterano personaje encarnado por Burt Lancaster emociones, no ya olvidadas desde hacía lustros, sino incluso enterradas. Y aunque haya sido desde su, recientemente rota, unión con Tim Robbins cuando su carrera ha alcanzado sus mayores cotas de éxito (El aceite de la vida, Thelma y Louise, Pena de muerte), permitan que sigamos prefiriendo a la Susan que se suelta la melena y sin complejos se lanza con líbido a la yugular de hombres mucho más jóvenes que ella, como en Los búfalos de Durham, Pasión sin barreras, o Posibilidad de escape, donde su generosa mirada le bastaba a Willem Dafoe para hacerle soñar con sentar la cabeza y abandonar su larga carrera criminal.

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