SUELE decirse que la mejor noticia es la falta de noticias y algo así está pasando con el equipo nacional. Quizá lo único reseñable sea la ausencia de Iniesta por causa mayor, léase lesión de cierta duración. Eso en cuanto respecta a la parte negativa, que a la positiva resulta que es muy grato que sigan surgiendo jóvenes con posibilidades de defender la enseña patria. El caso del valencianista Mata era algo anunciado, pues aparte de su buen rendimiento en su equipo le avala el conocimiento que el seleccionador tiene de sus cualidades desde que uno era el jefe del batallón y el otro pertenecía a ese batallón, por supuesto madridista.

No cabe la menor duda de que estamos en un tiempo de cosechas excelentes y salen futbolistas buenos como surgen las setas tras un chaparrón. Mata es uno de ellos, jugón también, y ha aprovechado estupendamente las ausencias de Silva y de Vicente para que el seleccionador le haga un hueco para el partido de Villarreal con Chile. Igualmente, el navarro Fernando Llorente se ha hecho un hueco tras haber horadado el muro que le suponía la grada de San Mamés. La Catedral gusta de gente que se dé con los postes y este zanquilargo pamplonica no es de ésos, por lo que hasta hace muy poco tuvo a la parroquia rojiblanca en contra, injustamente en contra.

Y en la lista del seleccionador continúa Juanito. Su gol de hace un mes a Estonia sirvió para desatascar un partido atascado y para que el gaditano reforzara su posición en el combinado nacional. Lo mejor de todo esto es que la presencia del capitán verdiblanco en la selección ya no es noticia y lleva camino de igualar marcas de béticos como Gordillo, Alfonso o Joaquín. Y si lo mejor de todo es que la normalidad preside el día a día de nuestro equipo nacional, todavía lo supera las ganas que tiene el aficionado de ver jugar al equipo de todos. Jugar como juega la selección española no está al alcance de cualquiera y maravilla cómo surgen futbolistas buenos, como setas.