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Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

'Saltomata'

EL segundo capítulo de Los Mata circuló a más velocidad y por una mejor atmósfera, como le corresponde ya a una serie que transcurre por la segunda temporada. Esta familia, retratada con perfiles de rotulador, comenzó muy renqueante, sin chispa, pero se fue animando con las semanas durante su anterior andadura. Dice Antonio Dechent (Arturo Mata) que un buen día los actores se reunieron y acordaron que tenían que ser una auténtica familia, que cada uno no podía ir por libre. Los resultados se notaron en el producto final. Ya en el capítulo de este lunes los ex Pepa y Avelino, los tránsfugas metidos con calzador, se encontraban más involucrados. Sólo había que disfrazar a algunos de los personajes en una falsa timba de póker para que fuera creciendo la complicidad, que es al fin y al cabo lo que insufla vida a una comedia.

La familia Mata no es todavía una serie redonda, la que se aguarda con ansias, pero tiene posibilidades. Ese hijo tarado, el personaje intepretado por Iván Massagué, es un tesoro, como Anabel Alonso cuando le dan buena cancha. Desde el primer momento los Mata más flojos son la pareja con la que arranca la historia, Daniel Guzmán y Elena Ballesteros. Pero para llenar las escenas ahí están Dechent y Chiqui Fernández, cada vez más inspirada en su mala leche eterna. Y está bien en muchos instantes hasta Dani Mateo. La familia Mata necesita algo más de tiempo (más capítulos, porque estirada ya está demasiado para rellenarla de publicidad). Los guionistas han empezado a delirar y eso es una buena señal. Pero con el éxito de Los Mata la productora Notro le ha dado una puñalada a otra de sus series, Plan América, que pese a su excelente nivel de realización falla en guión. A los médicos de Pepe Sancho les hubiera faltado algo más de rodaje. Una comedia tiene más margen para autoafirmarse.

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