PARECE que la literatura que más se vende ahora es la que se dedica a destapar los supuestos secretos de determinados personajes. Incluso a veces es tal la obsesión por convertir en misterioso lo que no lo es que, de un pequeño detalle, se levanta todo un universo publicitario que, como en las películas donde lo que de veras merece la pena es el trailer, sólo crea falsas expectativas acerca de un producto concreto.

Y así unos cuentan los escabrosos momentos de sus relaciones, véase María Jiménez en sus memorias; otros se centran en sus miserias personales, tipo Marisa Medina y sus problemas de alcoholismo; y los más se dedican a analizar el perfil de quienes, por inaccesibles, desaparecidos o trascendentes, generan un perenne interés social. En tal línea estarían, por ejemplo, el polémico libro de Pilar Urbano sobre la Reina o el que acaba de publicar José María Zavala acerca de Alfonso de Borbón, coincidiendo con el 20 aniversario del fallecimiento del duque de Cádiz. Igual que les confieso que, en relación al texto de doña Sofía esperaba más, ésta última, confiando en la trayectoria de su autor -experto en nuestra familia real-, sí que se trata de una obra que, sin haberla aún leído, me merece confianza.

La historia sufre un poco la extraña amnesia de los mayores por la cual dilucidan con total nitidez aquello que hicieron durante sus años más tempranos olvidando, por el contrario, lo almorzado el día anterior. Por eso se tienen muy presentes los ataques histéricos de Juana la Loca o las grandezas de Felipe II, por ejemplo, mientras que la duda se cierne sobre los datos que expone El Borbón non grato -título del texto de Zavala que, el miércoles próximo, presentará en Sevilla-.

Pudo ser Rey de España pero la abdicación de su padre lo alejó del trono. Los amoríos con Carmen Martínez Bordiú o la actriz Mirta Miller lo convirtieron en objetivo de la prensa del corazón, circunstancia alimentada por su terrible muerte en la nieve. Dos décadas después se tratan éstas de imágenes casi difusas. ¿Será que nos habremos hecho viejos?