SEGUNDA parte de la película o película distinta, nada que ver con lo de la infausta noche del jueves. Deseará el sevillismo que lo de esta tarde en Nervión sea algo muy diferente aunque el rival sea el mismo. Lo del jueves fue una de esas frustraciones que surgen de vez en vez y que venía originada por aquel papelón de la ida que el gol de Bacca maquilló para que se apelara a la épica y el tesorero se frotara las manos por un taquillón histórico.

Aquello no salió bien y sólo cabe el borrón y cuenta nueva para que esta tarde se enfoquen las cosas como este Sevilla suele enfocarlas en su Liga. La Liga del Sevilla tiene como objetivo ser el mejor de esa competición en la que no figuran los auténticamente grandes junto a ese Atleti que, no se olvide, es el vigente campeón. Nadie duda, por tanto, de que el equipo de Unai anda a gorrazos con todos los que están por debajo en una tabla que va clarificándose a pasos agigantados.

Otra vez el Espanyol a escena y el ánimo de revancha debe ser acicate y no obstáculo para la buena fluidez de ideas y fútbol. En el cómputo de la reciente tragedia copera, los de Sergio fueron claramente superiores, hasta el punto de que estuvieron a punto en Cornellà de dejar en trámite la vuelta. Pero la película cobra hoy otra dimensión bien distinta, pues hay que tomar buena nota de que la distancia entrambos es de trece puntos, que no es fruslería sino dato determinante.

Nos aprestamos a ver un duelo entre dos equipos que tienen el contragolpe como argumento principal y que cuando se salen del guión bajan bastante. Aun considerando que la posición europea del Sevilla no corre peligro, es la tropa de Unai la que ha de dar la cara sin especulaciones. Seguro que las transiciones correrán de lado catalán, claro que eso será si el Sevilla tarda en dar con el gol. ¿Segunda parte de la película o película diferente? He ahí la cuestión.