NO voy a esperar siquiera a que firme porque ese día, si llegase, no sería elegante amargarles la buena nueva a todos los béticos que aún siguen obnubilados por el aura de Lorenzo Serra. Como siempre, pienso que hay que mojarse y ofrecer una opinión temprana sobre las cosas que se cuecen o se hacen en el Betis, aun a riesgo probable de equivocación.

Nadie confirma que el magnífico aterrizaje de Alexis sea la avanzadilla del fichaje del balear como director deportivo, pero tampoco lo desmiente nadie y eso me desvela. Sinceramente, opino que es una mala opción. Y que las miras del Betis se restrinjan cíclicamente a Serra me parece preocupante y de club pequeño y cortijero.

El Betis necesita aire bético, fresco, como el propio Alexis, quien con Juanito y otros podría encabezar perfectamente la secretaría técnica. El tiempo de Serra ha pasado, porque tras más de una década sin entrenar no lo imagino ni en el banquillo, donde cosechó éxitos incuestionables en sus dos aventuras verdiblancas.

En los despachos, como culé, apenas acertó con el mangazo el último día al Deportivo con Rivaldo. El resto de su trabajo en Barcelona fueron rencillas y fracaso, incluso como técnico, ya que si al futbolista le cuesta soportarlo, al de élite aún más. Y, claro, salió escopetado y regresó al Betis, en el que fichó mal pero al que entrenó bien.

Cómo ha reventado al Mallorca es presente. Se peleó con los Nadal y con cristo bendito. Ni como dueño ni como director deportivo pudo evitar el descenso y tiene al club arruinado y al equipo, al borde de la Segunda B. Encima, su hijo representa a futbolistas e hizo operaciones poco éticas con el club de su padre desveladas por la prensa local independiente. Porque se ha escrito que hay incluso tres periodistas a sueldo.

Claro que la llegada de Serra centraría el foco mediático para lo bueno y lo malo. Y, así, el presidente Platas obtendrá la carta blanca para apoltronarse. Ya avisé que me olía que lo peor estaba por venir...