La ciudad y los días

Carlos Colón

Sevilla, año 2308

PARQUE Temático Sevilla, año 2308. Unas obras realizadas en la Puerta Oeste de entrada al sector de Atracciones Históricas Sevillanas, junto a la Torre Cristina de Cesáreo Pellizco, han descubierto los restos enterrados de un antiguo quiosco de prensa. Se trata de unos de esos cubículos en los que se vendían periódicos y revistas, elementos escritos de información impresos en papel desaparecidos tras la puesta en vigor de la Ley Fahrenheit 451 y la extinción de la lectura en el umbral de la Era de la Imagen.

La buena conservación de los periódicos ha permitido establecer la fecha exacta en la que el quiosco fue sepultado: miércoles 26 de noviembre de 2008. Al no encontrarse restos humanos ni tenerse noticia de catástrofes sísmicas en dicha fecha, y dada su proximidad a los antiguos túneles, los arqueólogos creen que debió sepultarse como recordatorio de algún acontecimiento relacionado con el desaparecido Metro. En el Centro de Cultura Popular Extinta se conserva la grabación de un antiguo chiste sevillano que relacionaba el quiosco con las obras del Metro: las autoridades, en vez de un cofre con monedas y los periódicos del día, enterraron una fortuna y un quiosco entero.

Esta hipótesis es puesta en entredicho por la falta de coincidencia entre la fecha en que el quiosco fue sepultado, 26 de noviembre de 2008 como se ha dicho, las del inicio de las obras del Metro y las de su inauguración. Sobre el inicio las noticias proporcionadas por las fuentes históricas son confusas. Entre los escasos documentos que sobrevivieron a Ley de Amnesia Histórica se conserva un anteproyecto de 1969, un Proyecto de Planeamiento de la Red del Metro de Sevilla fechado en 1972, una adjudicación de obras realizada en 1978, una orden de paralización de dichas obras redactada en 1983 y el documento de creación de una sociedad para ejecutar el Metro en 1999.

Los datos sobre su inauguración son igualmente confusos. Basándose en un documento que la anunciaba para el 20 de diciembre de 2008, algunos expertos han vinculado el entierro conmemorativo del quiosco con dicho acontecimiento. Pero, al conservarse idénticos anuncios garantizando su inminente inauguración en los años 2007, 2008 y 2009, el quiosco enterrado es un enigma. ¿Fue sepultado siguiendo algún antiguo rito inaugural olvidado o como consecuencia de un desconocido cataclismo? De momento, bajo la estricta vigilancia de las autoridades que han incautado el material impreso en aplicación de la Ley Fahrenheit 451, los arqueólogos autorizados a descifrar caracteres escritos trabajan intensamente para establecer lo sucedido.

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