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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

El Sevilla, ante el día más crucial

Con el 13 de mayo en Valencia entre ceja y ceja, esto no es una batalla, sino una guerra que hay que ganar

PLATO exquisito, de alta cocina, para paladares refinados, el que se sirve esta noche en Nervión, avenida de Eduardo Dato o, si se prefiere, calle Sevilla Fútbol Club s/n. Espléndido partido entre dos históricos auténticos, entre dos equipos que han librado innumerables batallas y alguna que otra guerra. Guerras como la que esta noche se dilucida en el estadio Sánchez Pizjuán, pues lo de esta noche no tiene vuelta atrás, no se trata de ganar una batalla sino una guerra que allane el camino hacia una nueva final. Y aquí, en una guerra, es donde Manolo Jiménez tiene la posibilidad de recuperar todo o gran parte del crédito.

Es un crédito que fue perdiendo a fuer de caer en guerras como la que se libra esta noche. Guerras como la perdida con el Fenerbahce o en Génova son las que han menoscabado el crédito de un hombre que sabe lo que es formar un lío en el Bernabéu, en el Calderón o recientemente y por partida doble en Riazor. Hoy está prohibido fallar y lo sabe Jiménez mejor que nadie, que lo de hoy no tiene turno para el desquite, el sevillismo sueña con otra peregrinación a una final y ese 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima, en Valencia, ya está remarcada en rojo festivo por todo el sevillismo. Y casi todo pasa por lo de esta noche ante un rival que empieza ganando.

Arranca el partido con ventaja valencianista, pero nada definitivo, no es una ventaja inabordable y hasta bastante asequible por la cosa del valor de los goles en campo contrario. Ya sabemos que ese 2-3 que arrastra la eliminatoria pudo ser mejor hace una semana en Mestalla, pero también pudo ser bastante peor, ¿verdad que sí? Sea como sea, el resultado es manifiestamente superable y sólo hará falta que al Sevilla le salga por las botas el fútbol de sus grandes faenas. Hay una final a la vista como señuelo, pero no debe olvidarse que lo de hoy no es una batallita más. Hoy es como una guerra, con perdón, sin vuelta atrás y éstas sólo están para ganarlas.

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