COINCIDIMOS el pasado 8 de mayo con el arranque del Giro, que no fue en Italia sino en Amsterdam. Como esta noche era una contrarreloj urbana y lo cierto es que la capital holandesa se vino arriba aquella tarde al rebufo de la serpiente multicolor. Y era sugerente ver cómo bordeaba los canales por esa suerte de puentes que hacen de la topografía de Amsterdam algo muy singular. El color rosa tan habitual en esa ciudad, aquel día se hizo sobredosis rosada con esa presencia del Giro. Toda la ciudad participó de la fiesta, las riberas de los canales estaban repletas y la verdad es que la ciudad de los tulipanes, de por sí animada, cobró, si cabe, más vida de forma considerable. Lo de aquel sábado en Amsterdam puede servir de pista para lo que tenemos esta noche en Sevilla. Desde su kilómetro cero en la plaza de toros y cambiando canales por el río,  la ciudad encontrará un motivo para echarse a la calle y vivir.