TRES jueves había en el año que relucían más que el sol. Eran Jueves Santo, Corpus y el día de la Ascensión. Ya son menos los que brillan, el de la Ascensión pasa desapercibido a no ser que se recuerde por aquellas ocho orejas que Curro cortó en dicha tarde del 66, pero en Sevilla sigue luciendo este de hoy, con procesión matutina y toros por la tarde. Con Toledo y Granada, Sevilla sigue conservando la esencia de este día y ya tuvo su aperitivo anoche, con el centro cuajado de gente para ver esos escaparates a medias entre la cursilería y el buen gusto. Hay que ver cómo estaba anoche el centro de la ciudad, con los abrevaderos hasta la corcha y con riadas de gente yendo y viniendo por Sierpes, Cuna, Cerrajería, Acetres y colmada la Avenida con sus altares. Hoy despierta la ciudad bien pronto para iniciar como está mandado la ruta por uno de esos jueves que tanto relucían por ahí y que tanto reluce por aquí.