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Las dos orillas

José Joaquín León

Sevillanos en México

CASI mil estudiantes de diversas facultades de Sevilla han visitado México en los últimos 10 días. La Riviera Maya era el destino de moda para los viajes de fin de carrera, por su buena relación calidad-precio. Así que centenares de alumnos de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide han participado en los viajes. Entre los que han vuelto, sanos y salvos, están mi hijo Pablo y muchos de sus compañeros de la Facultad de Derecho. Hay información de primera mano para confirmar que ésta no es una gripe porcina, sino una gripe política y mediática. No voy a discutir su gravedad, aunque en España no se ha muerto nadie, pero está claro que el problema se ha desmadrado.

¿Qué vieron los estudiantes? Para empezar hay que saber qué es México. Los Estados Unidos Mexicanos están formados por 31 estados, más la capital, el Distrito Federal, que es donde se concentran los males de la gripe. En la mitad de los estados, hasta los últimos días, no se había registrado ningún caso grave. La Riviera Maya, donde se alojaban los estudiantes, se encuentra en el Estado de Quintana Roo. Aunque ahora leemos que están evacuando los hoteles, esta semana los turistas se divertían como si nada, y no se veía en las piscinas o los restaurantes a nadie con mascarilla. En la capital, por el contrario, cundía el pánico. Según la revista Proceso, en el DF se pasó "de la sorpresa al chacoteo, y del escepticismo al susto". El Gobierno primero quitó importancia a la gripe, y luego pidió que nadie saliera de casa. Pero en la Riviera Maya seguían de juerga.

¿Y los aeropuertos? En Cancún no vieron nada de particular. En el avión de vuelta sólo llevaban mascarillas los pilotos y las azafatas, pero ningún viajero. Al llegar el miércoles a Madrid, en el aeropuerto de Barajas les entregaron un formulario para declarar datos personales y del vuelo, así como un papel con consejos para la gripe, pero no había médicos, ni nadie comprobó nada. Algunas cámaras de televisión esperaban, pero no grabaron porque no vieron a nadie con mascarilla. Un joven de Morón, que se sintió con fiebre en el aeropuerto, se fue con una amiga en el Metro hasta un ambulatorio madrileño para que le recetaran algo. De inmediato, quedó hospitalizado en Madrid; y así seguía ayer, sin saber nada, "a la espera de los resultados". Algunos de sus amigos tuvieron más suerte. Alquilaron un coche y viajaron a Sevilla. Tras saludar a sus familias, se fueron a la Feria. Más de la mitad de este grupo se desplazó en el Metro de Sevilla. Centenares de sevillanos procedentes de México han pasado por las casetas.

Como se puede comprobar, las medidas de seguridad de la ministra Trini Jiménez ante la gripe política (vulgo porcina) se basan en lo de siempre: hacer el paripé y que Dios nos coja confesados.

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