LA intervención del presidente del Grupo Planeta presentando en la Cámara de Comercio de Sevilla el informe del Consejo Empresarial para la Competitividad ha dado voz y concreción a un planteamiento que viene generalizándose entre los grandes empresarios y los expertos más prestigiosos: la economía española arroja signos para la esperanza, y Andalucía no es ajena a esta tendencia. Con todas las cautelas que exigen la razón y la historia de otras crisis, se ve la luz al final del túnel y la recuperación se acerca. A paso lento y sin seguro de irreversibilidad, lo que obliga a redoblar los esfuerzos. Lara ofreció un dato que merece reflexión: la inversión publicitaria en televisión, un parámetro que suele ser muy indicativo, ha crecido levemente durante dos meses consecutivos, adelantándose como termómetro que refleja una subida del consumo de masas. No es innecesario situar este dato en el contexto de la economía española en los últimos meses: caída de la prima de riesgo, control del déficit, reducción de los costes laborales y aumento de la demanda interna. Fuertes inversiones extranjeras han vuelto a constatar el atractivo de España, incompatible con la recesión y la atonía de los últimos años. En el caso de Andalucía se está produciendo un crecimiento insólito de las exportaciones, por encima de la media nacional, y un resurgimiento del turismo, que también ha vivido unos meses de reactivación superior a otras comunidades autónomas. El informe subraya que, después de un lustro de descensos en el PIB regional, la economía andaluza enfila la salida de la crisis y se pone en condiciones de subirse al carro de la recuperación nacional. Incluso estiman desde el Consejo Empresarial para la Competitividad que la producción andaluza crecerá en línea con la española, es decir, más de lo previsto por la Junta de Andalucía. Podemos alimentar la esperanza de que el principio del fin de la crisis ya se está escribiendo. Hace falta perseverar.