DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

El balcón

Ignacio / Martínez

Small is beautiful

HAY que agradecer al presidente del PP que se haya designado por fin, con su divino dedo, a Miguel Arias Cañete para encabezar la lista del PP al Parlamento Europeo. Ya prácticamente no le quedaba margen, y con las elecciones convocadas desde el 1 de abril era una falta de respeto que siguiera haciendo el don Tancredo. El candidato es bueno. La Unión Europea es un club de intereses en el que para moverse con éxito en beneficio de tu país hay que conocer y simpatizar con personas influyentes en Comisión, Consejo y Parlamento, hay que saberse al dedillo legislación y procedimientos, y dominar varios idiomas. Arias cumple los tres requisitos.

Añado que Elena Valenciano no es mala candidata, pero la socialista hasta ahora ha hecho más campaña nacional que europea. Tiene experiencia, porque ya ha sido eurodiputada, como su rival. Y para cerrar el capítulo de cumplidos, tanto Jean-Claude Juncker como Martin Schulz son buenos candidatos de populares y socialdemócratas europeos. Esta vez PP y PSOE tienen distintas opciones para presidente de la Comisión: hace cinco años tanto Zapatero como Rajoy apostaron por la continuidad de Barroso en el antiguo sillón de Jacques Delors.

Pero dicho esto, hay muchas otras opciones, no sólo dos. Si hay elecciones en las que casi todas las candidaturas tienen oportunidad de conseguir representación es en las europeas, con distrito electoral único. Está Izquierda Plural para los que tienen el alma más izquierdista, Vox para los más derechistas, UPyD para los más interclasistas, el PA para los más andalucistas, Primavera Europea para los más ecologistas… Y muchos más: piratas, republicanos, humanistas o nacionalistas, aparecen entre las posibilidades. Busquen. Encontrarán algo que les resulte cercano y dense el gusto de votar lo que les pida el cuerpo.

Los dos grandes que ya han empezado a dejar en evidencia a medianos y pequeños. La actual tensión entre socialistas e izquierdistas en el Gobierno regional es una derivada de este fenómeno. Y el jefe del PP andaluz ha dicho esta semana que "votar a partiditos pequeñitos en las europeas no sirve de nada". Muy feo. Es poco profesional que un graduado en organización de eventos menosprecie a participantes minoritarios. Y es un sarcasmo que un político con tan pequeño currículo académico y laboral desprecie lo menudo. Debería Moreno Bonilla repasar el ensayo del profesor Schumacher Small is beautiful, que es un libro más o menos de su edad, y aprendería algunas virtudes contra los excesos, la codicia y los abusos.

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