Visto y Oído

Antonio / Sempere

Sospechas

UN día como hoy debería hablar del estreno de Bajo sospecha. De la alegría que me produjo volver a ver a Alicia Borrachero, cuya participación en Crematorio todavía evoco como un icono de la mejor televisión reciente. Y del muy correcto acabado formal de esta nueva serie que viene avalada por el sello de calidad de Bambú, una productora en quien confiar.

Pero se cruzan en mi camino las cifras de audiencia registradas por el contenedor Para todos La 2 en su entrega del lunes, un escueto 0'3%, y algo debo decir. Que solamente 3 de cada 1.000 espectadores que consumen televisión antes de comer se decante por esta opción; es decir, que 997 de cada 1.000 espectadores que encienden el televisor entre el mediodía y las dos de la tarde prefiera otras ofertas y rechace, prescinda o sencillamente ignore el programa que dirige Quim Cuixart es altamente significativo. Y, esto sí, más que sospechoso.

Para todos La 2 es ese tipo de formato al que no se le puede poner ninguna pega. Siempre suma, nunca resta. A ninguna de sus secciones se le puede poner un pero. Forma, informa y entretiene. Sus presentadores, Marta Cáceres y Juanjo Pardo, no lo pueden hacer mejor. Sus contenidos, del primero al último, son interesantes. La forma en que se abordan los temas evita cualquier atisbo de aburrimiento. Algo que tiene muy presente el productor Ángel Villoria, que puso en pie un programa redondo, que no logra el favor del público ni en su estreno matinal ni en su reposición vespertina. La cifra de 16.000 espectadores que se supone lo vieron el lunes es superada por cualquier programa de una televisión local mínimamente arraigada. Por increíble que pueda parecer. Sospechoso y delator sobre los gustos del público.

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