CLÁSICOS populares en abierto. La Sexta, en fin, la liguera Mediapro, ofreció un Madrid-Barça con empeño de innovaciones dentro de lo convencional que tiene que ser narrar en imágenes un partido al límite. La cámara spider, esa que estaba colgada en el cielo del Bernabéu, obsequió con planos de videojuego, de Fifa 2011. Es lo más parecido a una ficción que se ha fabricado en una retransmisión en directo. TVE, con el himno bien fuerte, no puso objetivos cosidos en las alturas, optó directamente por un helicóptero que sobrevolaba Mestalla y aportó algunos planos de epopeya, como el de las concentraciones antes de la prórroga. La final de la Copa del Conde de Barcelona tuvo una realización más académica para el HD, predominando el gran plano general, a una sola cámara, pero también aportó buenos detalles en las jugadas conflictivas. Por supuesto que tanto Mediapro como la pública no repararon en el otro espectáculo, la historia paralela, el duelo de entrenadores, el auténtico culebrón que late tras estos clásicos envenenados por los medios. Puede ser cuestionable la calidad del fútbol que hemos exportado, pero audiovisualmente podemos presumir ante el mundo.

Sobre los propios narradores tiene más oficio Juan Carlos Rivero que Esteva, pero siempre anima más, y atinó con más campechanía, Kiko Narváez que los sosos escoltas de Rivero, Sanchís y Eusebio. TVE tiró la casa por la ventana en reporteros, como se constató en el postpartido, pero creo que de haber ganado el Barça la Copa del Abucheado se habrían destinado menos minutos al festejo.

Por estas páginas, por cierto, defendimos en su día al metepatas Sergio Ramos sobre el abuso de las burlas fáciles que recibe en Crackovia, sobre todo por su acento andaluz. Pero, hay que lamentarlo, él solito ha escrito el guión del próximo programa de la tele catalana.