EN Sevilla, a cuenta de unas pintadas, los taxistas y los hoteleros se lanzan con fundamento acusaciones y trapos sucios que emborronan cualquier campaña de imagen sobre las excelencias turísticas de la ciudad. Si aprovechamos el día festivo para respirar mejores aromas y recordar que hay otra Sevilla, sepan que un hotel de la provincia ha sido elegido entre los 100 mejores del mundo por su encanto, en una clasificación donde sólo hay cuatro españoles. Se llama Trasierra, pero les advierto que no es un hotel convencional, sino la embajada británica en la Sierra Norte.

Trasierra es la finca donde viven desde hace 30 años los miembros de la familia de la decoradora Charlotte Scott, anfitriona de sus amistades, y de quienes pagan por alojarse en un enclave singular por su ambientación y atenciones. Está a dos kilómetros de Cazalla de la Sierra pero su web es punto uk y sólo en inglés. De ahí que sea una referencia en Londres y no en Sevilla. Pero no es óbice para que la familia Scott merezca un reconocimiento. Porque han elegido nuestro paisaje para hacer de él su lugar en el mundo, a partir de una propiedad ruinosa y abandonada que hoy es de ensueño. Son un ejemplo de buen gusto en la recuperación y conservación de las antiguas haciendas. Gracias a ellos, gentes de ringorrango, a los que esperaba en el aeropuerto de San Pablo el chófer del hotel (con el que han podido hacer excursiones por la provincia tan cómodos como Cela en su segundo periplo por la Alcarria), pueden pregonar en su mundo globalizado que merece la pena escaparse a la Sierra Norte, por la belleza, confort, buena comida y paz que se destila en esa finca.

Charlotte es la sobrina de Christopher Lee, muy bien relacionada con la beautiful people británica. Por eso han estado en Trasierra personajes como Sarah Ferguson y Kate Moss, y han saboreado la mermelada de naranja que se hace en su cocina cogiendo horas antes la fruta de los árboles a la vista. Puro british. Sevilla pura.