Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Trasnoches

POR estos contornos ya hemos analizado el alto coste que tiene todo ese almacén de derechos deportivos que custodia TVE: más de 100 millones de euros al año, por donde podría actuar la tijera con más solvencia, por lo sano, en lugar de raspar por los sueldos de los directivos, los presentadores, los contertulios (algo es algo) y los viajes de los comentaristas de la Champions, como sucedía ayer. El problema de los derechos deportivos de TVE es que hay pocos postores interesados y los 'contraprecios' se antojan ridículos. ¿Quién tiene ganas de pujar por la Liga Asobal o la de hockey ?

RTVE, qué tiempos, gozaba de paso firme, entre lo garboso y lo soberbio, cuando hace un rato la presidía Luis Fernández, pero todo se fue al traste entre el modelo financiero convertido en un dislate institucional dejado por Zapatero, la rapiña publicitaria aprovechada por las grandes privadas y ahora el estrangulamiento de 200 millones de euros exigido por el Gobierno vía presión europea. Los recortes a fondo se imponen y hoy el consejo de la casa debería de dar una nueva remesa de puntadas, a la espera de un presidente de línea dura y de ajuste leonino. La que le espera.

Como escenificación de estos tiempos de ineludible responsabilidad bien merecería que las cadenas públicas interrumpieran de madrugada la programación de algunos de sus canales y reservar todos esos espacios y películas ofrecidos a horas intempestivas, como ya se hace en el Reino Unido. Condenar contenidos de La 1, La 2 o Canal Sur 2 a su aparición más allá de las doce y media de la noche o antes del mediodía es desaprovechar esfuerzos y presupuesto. A cambio se podría establecer una tregua de índices de audiencia en la madrugada para que nadie intente sacar partido a costa de esas horas de apagón. El mensaje de contención debe calar en las propias casas y de cara al espectador.

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