Crónica del Viernes Santo La lluvia impone otra forma de vivir el Viernes Santo

ASOMARSE al ránking de audiencias de los viernes da vértigo. Los cinco programas más vistos de la jornada durante las últimas semanas han sido Sálvame De luxe, Sálvame naranja, Sálvame limón, Informativos Telecinco 21 horas y Pasapalabra. Un retrato más que elocuente acerca de los intereses que mueven mayoritariamente a los espectadores que hacen uso del mando a distancia.

Tenemos más oferta que nunca. Vivimos un tiempo en el que las posibilidades se multiplican, en el que el menú que se nos ofrece, de tan variado, sería capaz de nutrir todos los gustos. Y sin embargo, la cabra tira al monte. Será cuestión de instinto (de bajos instintos) y de servidumbres (todo lo que suponga poner en marcha a las neuronas parece producir una enorme pereza).

Porque no hay más secreto. Los conceptos televisión, entretenimiento y evasión van asociados, a poco que analicemos subrepticiamente el comportamiento de los espectadores, al detritus. Salvo Pasapalabra, que va incluida en el lote porque es un espacio que puentea al resto, todos los programas que se cuelan en la lista de los más vistos son bastante perniciosos y nada inocentes.

Disculpen que incluya también en el lote a las noticias, pero es que basta seguir las aperturas de cada edición para constatar este extremo. Abrir en una jornada con enorme caudal informativo con un suceso familiar donde aparecen padres esposados tapándose la cara, o con el imprudente comportamiento de un conductor, son piezas que podrían formar parte del puzzle de un Impacto TV. Pero nunca lo primero que vemos de un informativo que se precie, que sólo trata de engatusarnos llamando nuestra atención. Al cualquier precio. En la cadena lo saben bien y van a por todas.

Por eso y por mucho más, mirar los resultados de las audiencias de cada viernes provoca sarpullidos.

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