TIENE narices que Xavi Hernández, catalán de nacimiento y de convencimiento, tenga que andar dando explicaciones por haber cantado el Viva España en las celebraciones de Colón. Es lamentable que tenga que andar en estas cosas de templar gaitas por cuestiones que deberían admitirse como naturales, ¿o es que no fue España la que se hizo con la Eurocopa? Se llevan estas cuestiones nacionalistas a unas cotas enloquecidas que sólo sirven para descubrir una realidad, la de la considerable cantidad de españoles que lo pasaron fatal con el gol de Fernando Torres a Lehman y con las posteriores celebraciones.

Ha dicho el considerado mejor futbolista de la Eurocopa que no está bien mezclar política con nada y menos con lo que nos ocupa, el fútbol. Pero no es esto una injerencia de la política en el deporte, sino el reflejo de una realidad dolorosa. Refleja que la mayor conquista deportiva de los últimos tiempos y que tanto alegró a la mayoría de los españoles continúa provocándole un molestísimo sarpullido al separatismo imperante. Cantar el Viva España no tiene por qué ser lo mismo que decir "muera Catalunya" y, desde luego, no es de recibo que se vitupere a uno de los héroes de esa gran conquista por expresar lo que sentían tanto él como sus compañeros.

No se pretende dar una lección de arcaica moralina, sino reconocer que no hay un país en el mundo mundial como éste. En cualquier otro, un triunfo tan brillante como el de la selección nacional habría contado con el aplauso generalizado. Bueno, en plena competición ya hubo políticos que viven del erario público que preferían que ganase cualquier otro equipo. No podemos, por tanto, extrañarnos de que Xavi, el extraordinario futbolista del Barça, continúe dando explicaciones en su derredor por algo que no debiera ser discutido por nadie. Todos cantaban el Viva España y él hizo lo mismo, ¿qué iba a cantar? ¿El La, la, la en catalán? Hay que fastidiarse.