la tribuna económica

Fede / Durán

Yes, sir, Andalucía

IMAGINEN que cinco mentes sanas, ajenas a la política, sus pellizcos y sus servidumbres, dedican un mes de sus vidas a preparar una estrategia económica para Andalucía. Provienen de la empresa privada, tienen al menos diez años de experiencia, hablan idiomas y se han pateado el mundo. Si analizasen fortalezas, lo primero que subrayarían es la potente red de infraestructuras de la comunidad. En kilómetros de autopista y autovía, supera ampliamente la media europea. Remachando el entramado del ferrocarril (mercancías, Cercanías), emisarios del país podrían plantarse en Estados Unidos y desplegar con orgullo un mapa donde explicarse: "Sus productos pueden llegar hasta este aeropuerto vacío, se lo regalamos, o por mar hasta Algeciras, y desde ahí sepa que podrá conectar vía carretera o tren con el resto de la Península, igualmente equipada, y con Europa, que es su principal socio comercial". Los mister Marshall de Texas, California o Florida asentirían a medias, con una sombra de duda en sus bronceados pellejos. "Bien, vale, pero, ¿y el clima?". Los emisarios sonreirían entonces. "Señores, pueden elegir: tienen Málaga y su termómetro constante; Cádiz y su tapiz africano; Sevilla y su primavera de azahar; Granada y sus cumbres nevadas. Tienen seis meses de calidez, dos de transición y apenas cuatro de ese frío a medias que un londinense consideraría ridículo".

"A propósito del clima, me interesa mucho el negocio de las renovables", intervendría uno de los tycoons. "¿Ha dicho renovables? Ésta es nuestra lista de empresas especializadas. Como puede observar, es extensa. Y me gustaría añadir que también bastante internacional. Muchas de ellas venden tecnología en su país, señor, y el Gobierno español se ha comprometido a encontrar una solución satisfactoria e inminente al tema de las primas", explicaría la misión andaluza.

"Ok, ok, pero yo quiero una casa en condiciones", resoplaría JR Smith, el más escéptico de los magnates convocados. "¿Una casa, señor? Nuestro stock es infinito y los precios cada día más asequibles. España ha sido el gigante mundial de la construcción, y las empresas del ramo saben manejarse y cuentan con un enorme tejido auxiliar (muebles, ventanas, tejados, suelos, calefacción verde) de compañías especialistas".

Aprovechando un instante de silencio, los emisarios retomarían la iniciativa: describirían el éxito de las leyes pro mercado único (nada de 17 regiones, 17 mundos), alabarían el acierto de la ventanilla única y la agilidad de los trámites burocráticos, recordarían la ventajosa fiscalidad de la CCAA (sociedades, IVA, IRPF), subrayarían el bilingüismo de la Administración de la Junta y los organismos de asesoramiento y enlace, presumirían de la potencia exportadora de las compañías locales -compañías de ida y vuelta en un planeta interconectado- y dejarían para el final el broche hedonista: un patrimonio histórico-artístico al alcance de pocos, la agroindustria (el proceso) y la cocina (el resultado), la variedad del paisaje y las campañas de recuperación de los mejores entornos naturales, el culto endémico a la buena vida. "Andalusia? Yes, sir, Andalucía".

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