TRIANA como puerta del verano y puerto de la política a través de su Velá. Unos buscan la mareíta que alivie la cuarentena de grados, y otros observan qué intensidad presenta ahora la marea azul del PP en un barrio donde Zoido quiere hacerse fuerte. Con Curro Pérez en el distrito, se han esmerado en gastar menos y cuajar una programación de más amplitud, variedad y calidad. Y con altura de miras de galardonar a un trianero germánico como Emilio Lledó, intelectual de primera fila que no bebe los vientos de la derecha, cuya categoría es tan incuestionable como la de Felipe González para ser premiado por el Ayuntamiento que a todos representa.

Por contra, la tripulación pepera se ha mareado en la zapata de la calle Betis. Cuando pase la Velá, descartarán el proyecto de invertir 180.000 euros en grandes murales cerámicos para decorar la zapata y dar la bienvenida desde Triana. Dirán que ahora no es políticamente correcto destinar dinero público a un adorno. La restricción presupuestaria es la excusa cierta y perfecta para rectificar y guardar en el cajón una ocurrencia reprobada por la Sevilla de derechas y por la de izquierdas. Un ejemplo del vértigo que le entra a los políticos por hacer cosas que no son necesarias ni convenientes. El Museo de la Cerámica, en puertas de su culminación, sí es la iniciativa que fortalece con seriedad la identidad cultural y turística de Triana.

La Velá 2012 es para Zoido muy distinta a la del año pasado, recién investido como alcalde. En vísperas de su encuentro con Griñán en calidad de presidente del PP andaluz, subraya un talante conciliador para no ser tan identificado como representante y defensor de un Gobierno que hace aguas como piloto de la economía. La coartada de la pésima herencia recibida de Zapatero ya no les vale. La pepera Comunidad Valenciana ayer hizo historia en la España de las autonomías al pedir a La Moncloa un rescate. Forma parte también del pasado que nos lleva a pique por muchas pagas que se les quiten a las nóminas.