la esquina

José Aguilar

Zoido tiene un problema

BUENO, Zoido no tiene un problema -qué más quisiera él-, sino muchos. Bien es verdad que la mayoría se los ha buscado él mismo voluntariamente, en la medida en que su vocación y su ambición le han llevado adonde está: a la Alcaldía de Sevilla y a la presidencia del PP andaluz.

Me refiero al problema político por antonomasia que le ha llegado precisamente por esa doble condición de alcalde de la capital y líder del centroderecha de Andalucía. Todavía es un problema potencial, en ciernes, aunque ya ha enseñado los dientes en el propio congreso regional del PP que lo designó por aclamación y su resaca. Pero irá a más.

Ha sido el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el único que se ha atrevido a plantear algo que muchos otros en el PP también piensan: están en desacuerdo con la exigencia de Zoido-alcalde de que se apruebe una ley de capitalidad para su ciudad, Sevilla, que la compense por los inconvenientes y costes que le produce, presuntamente, ser la capital política de la comunidad autónoma. Los discrepantes creen, no sin razón, que la capitalidad genera a Sevilla muchos más beneficios e ingresos que perjuicios y molestias. Y no van aceptar así como así la ley pretendida por Zoido.

Es decir, pretendida por quien es también justamente el presidente del partido en el que militan todos los alcaldes de las otras siete capitales de provincia. Los agravios territoriales son un clásico de la autonomía andaluza desde su nacimiento. Lo que no esperaba el partido que siempre ha estado en la oposición a la Junta, y sigue estándolo, es que el favorecimiento, supuesto o real, a Sevilla no vaya a ser ya atribuible en exclusiva al malvado y hegemónico PSOE, sino que sea una reivindicación que nazca de sus propias filas. De su jefe de filas.

Pero este conflicto, como digo, todavía no ha alcanzado su máxima expresión y gravedad. Lo hará si se confirma una hipótesis nada descabellada. ¿Qué pasaría si la legislatura autonómica no se agota y se convocan elecciones andaluzas antes de 2016? Peor aún, ¿qué pasaría si Griñán adelanta esos comicios a 2015 haciéndolos coincidir con las municipales? Pues que Juan Ignacio Zoido tendrá que optar entre ser candidato a la reelección como alcalde de Sevilla o serlo a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Creo que él, personalmente, se inclinaría por la primera opción, con lo cual el PP habrá de improvisar un candidato a las autonómicas (la mejor fórmula para perderlas), que además tendrá que enfrentarse a las reivindicaciones del alcalde sevillano... que es el mismo Zoido, presidente del PP andaluz y jefe de filas del improvisado aspirante.

Seguro que en el PP estarán pensando una estrategia para evitar que esto ocurra. El tiempo corre en su contra para eludir la catástrofe.

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