SI la delegada del Gobierno andaluz en Sevilla, Carmen Tovar, aún no se ha enterado cómo está negociando la Junta el pago de la deuda histórica, cómo van a comprenderlo los ciudadanos, si hay alguno que le interese este dichoso concepto. Hasta cinco pronunciamientos, cinco, se han sucedido esta semana, y cada uno de ellos venía a corregir al anterior. El caso: la Junta debe cobrar aún 784 millones de euros de Madrid, y su presidente, José Antonio Griñán, defiende que el pago se puede realizar en metálico o por compensaciones. Por ejemplo: con la cesión de suelos. Sin embargo, Griñán (uno) explica el lunes en Canal Sur Televisión que el pago se realizará "en dinero contante y sonante". Horas más tarde, la Oficina del Portavoz del Gobierno (dos) emite una "nota aclaratoria" en que la que defiende que Griñán no ha rectificado, aunque los medios y la oposición ha entendido lo contrario. Por si acaso, el martes, día de Consejo de Gobierno, se le pregunta al consejero de la Presidencia, Antonio Ávila, y al portavoz (tres), y aunque costó su trabajito, pareció quedar claro: se pagará tanto en metálico como en suelos, y los terrenos no sólo podrán destinarse a viviendas o a usos sanitarios y educativos, sino también a otros conceptos, y es que en Sevilla se negocia Los Gordales para levantar la Ciudad de la Justicia. Cuatro: la mentada Carmen Tovar explica ayer que no, que no se puede negociar el suelo de Los Gordales porque no es para usos ni de vivienda, ni educativos ni sanitarios. Y cinco: minutos más tarde, la consejera de Economía la corrige y mantiene que sí. O este Gobierno tiene un gran problema de comunicación o de coordinación, que sería mucho peor. Y se salvan porque esto de la deuda, efectivamente, no hay quien lo comprenda.
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