Surrealismo total. Así como casi siempre es primavera en el Cortinglés, se confirma que durante todo el año es Semana Santa en cualquier punto de Sevilla y de su zona de influencia estival. Ocurre que esa zona de influencia ya no es la de antes, que tenía en Chipiona por un lado y Matalascañas por otro sus confines. Ahora se ha expandido y con ese ensanche de los límites, pues más Semana Santa aún, con esas televisiones locales dándote la entrada de los Gitanos en Campana con la audiencia en bañador y dando cuenta del espeto de sardinas abundantemente regado con tinto de verano. Eso en la diáspora, que en el centro neurálgico de la cosa, la cosa está que arde con la idea luminosa de que el Martes Santo, todo empiece en la Catedral para hacer estación de penitencia a lugar tan sagrado como La Campana, ya sin elementos tan laicos como los veladores.