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desde mi córner

Luis Carlos Peris

Qué alivio, fue el recogepelotas

Gran decisión la del Sevilla al aclarar que no tuvo nada que ver en la lluvia de balones caída frente al Villarreal

MAGNÍFICA forma la que se ha tenido en el Sevilla para zanjar el enojoso asunto de la lluvia de balones. Se ha llamado a capítulo al delegado, ese ciudadano que jamás dio puntada sin hilo y que cabalga a lomos del maquiavelismo más eficaz, para declarar seguidamente que el personaje está limpio de culpa. Todo ha sido obra de un recogepelotas con apariencia de cani al que las cámaras cogieron con la mano en la lata. Gran decisión para que el nombre del Sevilla no sea mancillado y que las miradas caigan en un anónimo chaval que se ha comportado mal y que habrá prometido que no lo volverá a hacer.

Así es como se defiende la imagen de un club que no tiene la culpa de albergar a tipos como ese recogepelotas que se muestra más papista que el propio Papa de Roma al obrar motu proprio, sin necesidad de consignas de rango superior. Dicho lo cual, hay que procurar que esta vergonzante lluvia de balones que se inició en Pamplona y que se ha repetido en dos ocasiones en Zaragoza no haga metástasis para hacerse moneda de uso común en nuestro fútbol. Y es que a nuestro pobre fútbol sólo le falta este tipo de prácticas chapuceras para tachonar un escenario que, al parecer, no tiene bastante con las declaraciones de Mourinho para embadurnarse de mierda.

En la antigüedad, o sea hasta ayer de mañana, en el partido de fútbol sólo había un balón. Se sacaban varios para el calentamiento previo para que a la hora de autos sólo hubiese uno, el que sacaba el árbitro, y así no era posible esta nueva picaresca que ha salido de la preclara inteligencia de un cani metido a recogepelotas. Habrá que volver a lo de un solo balón y si se pierde tiempo,pues se añade al final, que no pasa nada. Cualquier cosa menos la imagen bochornosa de perturbar la marcha de un partido por parte de personajes secundarios, muy secundarios, en la película. Afortunadamente, la imagen del Sevilla queda limpia cual patena. Mejor así, qué alivio.

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