DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Sevilla en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Primavera sagrada

Fco. Javier Rodríguez Barberán

Un altar

LOS vientos de la cuaresma me han llevado este año al museo de un pequeño pueblo francés, Colmar. Allí se custodia una de las obras más impresionantes del arte occidental: el altar de Isenheim, de Mathis Grünewald. La imagen de la Crucifixión que se encuentra en dicho altar resulta conmovedora en su dolor, y parece la más apropiada para su origen, el de una comunidad de monjes antoninos encargados de atender a los enfermos de una atroz plaga: el llamado "mal de los ardientes". Por suerte, nadie de los que hoy se acerca a contemplar la imagen de Cristo muerto en la cruz padece ese mal: la gente llega para admirar el espléndido conjunto, se surte de las audioguías que explican todos los pormenores del mismo y, al salir, suele comprar algún recuerdo de su visita.

Al principio no me comporté de un modo distinto; en todo caso renuncié a la información grabada porque llevaba años deseando conocer esta obra y había leído suficientemente sobre la misma. Sin embargo, no tardé en darme cuenta de que necesitaba estar allí más tiempo, de que tenía que alejarme para mirarlo desde la distancia y volverme a acercar hasta casi poder oler la pintura aplicada mucho tiempo atrás. Me vi protagonizando una extraña analogía de la Semana Santa: no había incienso, música o nazarenos, pero como ante esos pasos que nos atraen una y otra vez, iba y venía esperando ver algo distinto en cada momento.

Entonces me percaté de que probablemente habrían transcurrido decenas de años, incluso siglos, sin que nadie hubiera dirigido una oración hacia aquel Cristo creado para el consuelo de los enfermos. Y en estos días en que tanta importancia se ha dado a los simulacros de nuestras imágenes, creados no se sabe bien para proteger qué, no tuve duda alguna sobre un valor que hoy más que nunca es necesario reivindicar en la fiesta: la naturalidad ante lo sagrado. Quizás por eso recé ante aquel Crucificado.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios