CUANDO llegaban estas fechas, y no hace tanto de que tal ocurriera, se establecía como una tácita tregua navideña y los papeles venían con datos agradables en su inmensa mayoría. Hombre, si ocurría una desgracia había que consignarla y no hay más que hablar, pero es que en estas gacetas de hogaño apenas hay sitio para lo agradable. Y menos aún, para darle rienda suelta al optimismo. Parece como si la crisis hubiese hecho metástasis para no darle espacio a cuestiones que sirvieran, entre otras cosas, para aparcar la crispación. Los taxistas se alían con las obras y la lluvia para colapsar la ciudad aún más, la Sinfónica busca las tablas en busca de una muerte casi segura, la casa donde fue asesinada Marta sale a subasta, los vecinos de Asunción se sienten tan estafados como los de Triana, el cierre de Air Comet deja en tierra a 1.500 pasajeros y en el paro a 640 trabajadores. ¿No hay tregua navideña?