PASADA la medianoche de este domingo Metrópolis, en La 2 del ínclito Antonio Sempere, programaba el resumen del festival publicitario de El Sol, celebrado en Bilbao. Este encuentro de creativos y agencias es el más importante de España e Iberoamérica cada año y donde se revela que en Argentina siguen teniendo el músculo del humor más ágil y trabajado. El gremio español se sorprende menos porque también somos unos espectadores menos sorprendidos, más difíciles de impactar y que siempre estamos huyendo de los reclamos en todas nuestras pantallas. Los intermedios se queman con más rapidez. Sólo queda repetir e insistir, porque todos los presupuestos han menguado. Es verdad, ha bajado la calidad de la publicidad en España, todo es más monótono y parecido entre sí, pero a su vez nos hemos convertido en consumidores más convencionales. Los jóvenes también abren aquí brecha generacional.

Metrópolis es de esos bocados gourmet que cada seguidor puede buscar su mejor horario para verlo en rtve.es, mal menor para rentabilizar y reclamar los esfuerzos del segundo canal, ávido de patrocinadores. En el caso del recopilatorio de El Sol es una media hora muy entretenida donde no hay respiro entre impactos, humor y sentimientos. La emoción permanece como el botón más eficaz para mover y conmover.

De eso ha hablado siempre el maestro del gremio español, Toni Segarra, que ha protagonizado un documental para Movistar + donde, hay que reconocerlo, su equipo se excede en el incensario. Segarra, el de "¿Te gusta conducir?", descubridor de la perrita Pippin que pedía menos horas ante el televisor o creador de la marca Vueling, es uno de los indiscutibles grandes talentos españoles. Su spot Bienvenido a la república de tu casa es una píldora de 42 segundos donde reposa la esencia de la libertad individual (y, por tanto, de la familia). Ese reducto objeto de deseo de los políticos. Ante el televisor, y frente a la publicidad, o la propaganda, por fortuna, la gente sigue haciendo lo que le da la gana.