INDISCUTIBLEMENTE habremos de convenir en que el sábado es el gran día de la Liga. Lo de hoy es tremendo, un Sábado de Pasión que arranca con los dos nuestros y que se remata con el primer Madrid-Barça que nos espera en muy poco más de dos semanas. Aunque también hemos de convenir en que este Clásico de hoy, que es como hogaño se ha bautizado a dicho partido, es el más edulcorado de todos, pues la Liga no parece ofrecerle opción alguna al equipo madridista. De los cuatro es el menos decisivo, pero lo que no podrá recibir jamás un partido así es el calificativo de inocuo o de amistoso más o menos emboscado.

Con ese partido arrancará la duermevela del Domingo de Ramos y la pregunta es ¿cómo pasarán béticos y sevillistas un domingo tan emblemático en el calendario de la ciudad? ¿Se verá a la Estrella por el puente con el ánimo alto? Lo cierto es que los dos se juegan una barbaridad, pues si el Sevilla no puede dar más ventajas con vistas al difícil objetivo de bisar concurso en Champions, el Betis tiene la posibilidad de pegar otro demarraje si saca su compromiso casero. Getafe no fue nunca territorio asequible para el Sevilla, que allí, por ejemplo, perdió en el 2005 un cartucho para dos pájaros, debutar en Champions y evitar que el agraciado fuese el Betis, pero...

El Betis, tras su valioso triunfo en Jerez, cuenta hoy con la posibilidad de ver más de cerca la Primera División, lo que le da al choque con los departamentales una importancia sustanciosa. Es, por tanto, un apasionante Sábado de Pasión lo que tenemos por delante, una antesala inquietante de la gran fiesta de la ciudad y que tendrá una incidencia considerable a la hora de embocar el encuentro con los pasos. ¿Verá el sevillista con amargura o lo hará con alegría el paso de la Amargura camino de la Europa? ¿Cómo saldrá el bético del choque con el Cartagena a la hora de ver al Cristo del Amor? Quién sabe cómo serán las cosas en este apasionante Sábado Santo...