Cuando entonces y a renglón seguido del Parte de RNE, el tiempo se paraba para escuchar la crónica de Enrique Vila de la corrida celebrada en Málaga, Jerez o El Puerto. En ella había triunfado clamorosamente Antonio Ordóñez, al que Enrique Vila calificaba como primer espada de España, en clara competencia con Julito, que no era otro que Julio Aparicio según decía Vila en boca de Rafael Santisteban. Antier noche se presentó una recopilación de artículos de Vila y de su hija, la entrañable Enriqueta Vila Vilar, bajo el título de Apuntes sevillanos de ayer hoy. La obligación pudo con mi devoción, que no era otra que asistir a esa especie de memorial de un periodista que paraba el tiempo con El Toreo, revista de tauromaquia de la Cadena SER. Pero deseo contribuir a la memoria del periodista y también estar al lado de Enriqueta, esa hija que bendita la rama...
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