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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Cosas que pasan

Aurora Muñoz / Amunozl@grupojoly.com

Dos balas

EN julio de 1997 -hace 11 años- la moda italiana vio roto su triunvirato con la muerte de Gianni Versace. Una década después se apeaba de las pasarelas Grianfranco Ferré, víctima de un derrame cerebral, y así, el imperio del diseño decía adiós a una era a la que ya sólo pertenece Armani, con sus camisas blancas y sus elegantes chaquetas blazer. Donatella heredó la casa Versace, que ya nunca ha vuelto a brillar con la exhuberancia y el derroche de aquellos años locos. Y digo "locos", porque Gianni nació para beberse la vida a tragos. Su biografía roza siempre el escándalo y el triunfo, como sucede con todos los grandes genios: plantó cara al cáncer, a la Mafia y los jueces, que lo sentaron en el banquillo de los acusados por el escándalo denominado Manos Limpias. Pero, ¿quién lo iba a decir?, una vez ganadas todas las batallas, llegó su final, un punto y final abrupto, que resultó ser mucho más "cinematográfico" de lo previsto. Dos tiros por la espalda acabaron con él, a la entrada a su mansión de Miami. El autor de los hechos resultó ser Andrew Cunanan, un conocido profesional de la noche, que culminó de esta manera su escala de crímenes. ¿Celos?, ¿Crimen aleatorio?, ¿Venganza?... El caso es que aquellas dos balas terminaron con el sueño de este visionario, que cuatro años antes había proclamado su homosexualidad y exclamaba: "En el próximo milenio estaré en la luna. Quiero viajar al espacio. Quiero ser el primero en conocer a un extraterrestre. ¡Dios, déjame vivir!...".

En lugar de eso, Milán se vistió de luto, se estrenó de una obra de ballet en su honor, compuesta por el coreógrafo francés Maurice Bejart, retrospectivas y ahora, sobrepasada la década, se rueda un documental que narra sus últimas 48 horas. Este tipo de homenajes fílmicos a título póstumo, se están volviendo demasiado habituales. La desgracia ajena hace subir las audiencias. Seguimos viviendo en la antigua Roma, por aquello del pan y circo, acompañados por un par de bonitos vestidos.

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