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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Está bien lo de las corazonadas

Magnífico eslogan el de Madrid 2016 y buen ideario de intenciones, pero difícil dos Juegos seguidos en Europa

CORAZONADAS aparte, estoy considerablemente pesimista en cuanto a que sea Madrid la que escenifique la Olimpiada de 2016. Ojalá me equivoque, ya que unos Juegos en nuestro país y por muy lejanos que se fíen en el tiempo deben ser algo así como la zanahoria para el burro que no quiere moverse. Un acontecimiento de tal envergadura impulsaría a Madrid y, como en círculos concéntricos, le haría bien a todo el país. Sobre todo serviría para ayudar a escapar de esta crujía que tenemos en todo lo alto y podría convertirse en la locomotora que nos llevara a un tiempo distinto y, por supuesto, mejor, mucho mejor.

Sería extraordinario que esa cantidad de corazonadas que como eslogan me parece acertado estuviesen en lo cierto y que el sueño se haga realidad, pero los rivales en esta carrera son muchos y de peso indudable. Madrid pleitea con el populismo de Río y con el poderío económico y político de Chicago y Tokio. Todos están en Copenhague con sus respectivas olimpiadas en el papel teórico del proyecto y aunque Madrid va muy adelantada en la práctica, no sé, pero me da que el hecho de que nunca haya habido Olimpiada en el Cono Sur jugará a favor de Río, impulsado por la novedad y por ese fundamentalista paladín del populismo que es Lula da Silva.

Chicago cuenta y mucho, pero Los Ángeles y Atlanta quedan bastante cerca en el tiempo. Por su parte, Madrid cuenta con dos inconvenientes añadidos y son que Londres es cuatro años antes tan sólo y que París ya se mueve para 2020. Son los obstáculos que se está encontrando Madrid por muy adelantadas que tenga la infraestructura olímpica. Lo veo complicado, no soy optimista con lo que vaya a decidirse hoy en Copenhague, y bien que lo siento, ya que en las circunstancias que vive nuestro país un Madrid 2016 podría ser de valor incalculable para sacarnos del marasmo, dicho sea lo del marasmo como concepto atenuado para la que tenemos encima.

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