EXISTE una coletilla que, cuando a los famosos no les interesa hablar de algo, utilizan hasta la saciedad y, por mucho que uno busque recursos profesionales hasta donde no los hay, si se encierran en esa frase tan típica de "Todo bien, gracias", lo de obtener datos en relación a la espinosa cuestión sobre la que no desean pronunciarse, se convierte, de antemano, en una lucha perdida.

Uno de los últimos casos con los que, en este sentido, me he topado es el de Mónica Cruz quien, elegida como imagen de Aire -la firma más económica de la diseñadora Rosa Clará-, ha comparecido esta semana ante los medios de comunicación muy guapa, vestida de novia, y segura de que, más allá de los trajes en sí, la principal curiosidad de todos los periodistas presentes era recopilar más datos acerca del anunciado embarazo de Penélope.

Desde luego, el fichaje no puede haber sido más rentable para Clará pues, contratada antes de que se extendiera la noticia, el atractivo de su presencia se multiplicó en varios puntos dadas las novedades que, tan sólo unas horas antes, habían surgido vía comunicado. Sea como sea, la actriz -que prosigue el rodaje de la nueva temporada de Águila Roja-, venía con la lección bien aprendida y, aparte del recurrente "todo bien, gracias" (el cual tiene otras variantes similares como la de "estoy muy feliz, gracias"), poco más comentó en relación a su futuro sobrino (o sobrina).

Exactamente lo mismo hizo el papá de la criatura, Javier Bardem, durante el estreno en Roma de la película, Come, reza, ama, donde comparte cartel con Julia Roberts. Allí, al ser interrogado sobre sus sensaciones en relación a la buena nueva, respondió con un breve "muy contento" que, sin duda, ha dejado con ganas de más. Al fin y al cabo, a uno no le dicen todos los días que va a ser padre con ésa que, además, él mismo considera "la mujer de su vida" con lo que, yendo el respeto por delante, ¡un poquito de empatía, por favor!