Nuevamente, el Studebaker de la calle Tetuán ha de irse a talleres a fin de pasar su particularísima ITV y volver a estar presentable. La preciosa cerámica que fue fachada de aquel The Sport que servía de íntimo casinillo para la aristocracia agraria de la ciudad, lugar donde reinaban los García Carranza, Fernando Cámara o Luis Fuentes Bejarano, hoy abrillanta el negocio que abrió mi entrañable Andrés García y que hogaño regenta su hijo, el muy bético Andrés, que bendita la rama que al tronco sale. Bueno, pues el coche, tras ir varias décadas en contramano antes de que Tetuán fuese peatonalizada, es víctima del vandalismo y de la zafiedad que nos rodea, por lo que tras cierto tiempo ha de ir a talleres. Como ahora, en que se anuncia que no estará visible hasta el próximo otoño tras un largo y cálido verano en que estará a cobijo de sus agresores, esa lacra.