QUIZÁS, o sin quizás, todo sea un rapto de nostalgia, un ataque tremendo de nostalgia como no hubo cuando se abandonaba la sombra de Maese Rodrigo para emigrar a la Fábrica de Tabacos. En aquel abril del 54 no hubo esta reacción ante la mudanza. Laraña se había quedado insuficiente, pues el espacio era el mismo y los estudiantes ya no eran únicamente los niños ricos, por lo que había que buscar un sitio donde todos cupiesen. No es el caso, pues donde se encuentra la Facultad de Derecho nadie denuncia problemas de espacio y, además, cuando la mudanza anterior se iba a un sitio mejor. ¿Ocurre eso ahora? Con todos los que hablo de esto de irse a la Pirotecnia, docentes y discentes, muestran su desagrado porque, añoranzas aparte, no están convencidos de que se vaya a mejorar. Dicen es en aras a la funcionalidad y eso suele conllevar un peligro tremendo. Ah, la funcionalidad, miedo da...
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios