La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Un camino de tristeza y de nostalgia

Ilusión y euforia desmedidas en el camino de ida, la vuelta está signada por la nostalgia y la tristeza que da el que esto se fíe para dentro de un año. Demasiado para la gente rociera, de ahí que en este viaje la tristeza le ponga sordina a la ilusión. Dice una sevillana de Los Amigos de Gines que el camino de vuelta es bonito y triste a la vez. Oliendo a jara y a marisma, con los rostros atezados por el sol y los vientos de la Marisma, las sevillanas se cantan poquito a poco, se hacen más lentas, como con tremendos deseos de que aquello no acabe, que si en el tango veinte años no es nada, para un rociero un año es lo más parecido a esa eternidad conque nos asustaban desde el púlpito. Hoy, en el encuentro de Triana con Villamanrique ya reinará la nostalgia, Palacio se queda solo, como solos la Raya y el Quema, mientras la gente rociera, en esa triste vuelta a casa, ya empieza su cuenta atrás.

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